San Marcos Sierras es un pequeño pueblo ubicado al Noroeste de Punilla, fuera de sus límites. De todas formas, por su proximidad y relación con el Valle puede considerarse como parte integrante del mismo.
Esta localidad, famosa por la exquisita miel que se produce allí, está emplazada en un valle rodeada de montañas, ríos y bosques nativos, con un marcado acento en el cuidado del medio ambiente. Esta característica de pueblo ecológico se evidencia en sus calles de tierra, la abundancia de pequeños productores y un clima de tranquilidad y sosiego, solamente alterado por algunos de los eventos anuales que lo tienen como protagonista, como por ejemplo el Rally Mundial y la Fiesta de la Miel.
Es el segundo asentamiento hippie más importante del país, solamente superado por El Bolsón, en la Patagonia Argentina. El Río San Marcos la atraviesa, y al Río Quilpo se puede acceder por camino de ripio a unos 4km del casco urbano. Emocionantes caminatas a través de la Quebrada del San Marcos, ascender al Cerro de La Cruz, visitar los tres museos del pueblo, el paseo de los artesanos o simplemente compartir un momento en la plaza son las actividades que se pueden realizar aquí.
En cuanto a su historia, la región fue divisoria entre los territorios de los Comechingones y los Sanavirones. Con la llegada del español, estas tribus fueron desplazadas del lugar creándose la Estancia de San Marcos. Luego, tras varias ventas pasa a ser propiedad del Deán de Santa Cruz de la Sierra Toledo Pimentel, quien no deja sucesores. Fue entonces que la Estancia cae en un estado de abandono, lo que llevó a la comunidad sanavirona por medio del Cacique Francisco Tulián reclamar para sí estas tierras ante el gobernador de Córdoba, el Marqués de Sobremonte quien, en un hecho sin precedentes accede al pedido: por primera vez un conquistador español devuelve las tierras a sus propietarios originales. Más tarde hubo diferentes inmigraciones que mantienen una multiplicidad de estilos de vida, destacándose la convivencia pacífica de todos.