Era la hora señalada y el Anfiteatro de la ciudad de La Falda se lucía en todo su esplendor. Llegaba la última velada del Festival del Tango y Silvio Soldán daba la bienvenida al espectáculo.
Para comenzar, el cantante uruguayo Francisco Falco, secundado por los talentosos Contramano Trío, trajo temas como "Nunca tuvo novio" y "El último round". E invitando a Leandro Ponte, interpretaron juntos "Mariposita", para concluir su participación con el foxtrot "Pero hay una Melena".
Luego, el escenario se engalanó con la presencia de la gran Amelita Baltar, quien intercaló canciones y diálogos con el público, cautivando a la platea que la escuchó atentamente. No faltaron sus temas emblemáticos como "Preludio para el año 3001", "Balada para mi Muerte", "El gordo triste", "Violetas populares", "Gricel", rematando con el tema que hizo suyo desde hace décadas: "Balada para un Loco", arrancando sostenidos aplausos de los espectadores.
A su término, la danza se adueñó de la noche con los capillenses Marysa y Walter Serrano, para luego dar lugar a uno de los momentos más sentidos de la velada. El joven veterano Juan Carlos Godoy, con más de 70 años de trayectoria en el tango, brindó un emocionante espectáculo repasando viejos temas como "A mi que", "Amores que matan" y el valsesito "Hermana", que fue respondido con la aprobación y el reconocimiento del público hacia unos de los grandes valores que dio la música ciudadana.
Y la nueva guardia se hacía de las tablas en la presentación de Tangoloco, la agrupación que realiza una mixtura entre el dos por cuatro con jazz, rock y música clásica. Con magníficas intervenciones, estos músicos nos pasearon por temas de Los Beatles con "Anochecer de un Día Agitado", de los muchachos de Liverpool y Astor Piazzola con "Cerezo de mayo", y de Beethoven también con Piazzola "Adiós claro de luna". de su último trabajo, "Fuga Z" y acompañados por la voz de la joven Lissette "Cantar es Vivir", concluyendo con una llamativa versión de Submarino Amarillo en ritmo de candombe.
Luego, el Ballet Zárate trajo nuevamente la danza al Carlos Gardel, con una original coreografía al ritmo de "Libertango".
Y llegaba una de las figuras esperadas de la noche, el talentoso santiagueño Peteco Carabajal que, de impecable traje y corbata trajo temas tradicionales de su trabajo "Peteco de Buenos Aires" como "Volvió una noche", "Volver" (coreada por el público) y "Golondrinas". Acompañado por los faldenses Contramano Trío, también interpretó "Cambalache", "Chorra", "Naranjo en Flor", "Sur" y "Tinta Roja", para terminar su actuación con la bella obra de Rafael Amor "Corazón libre".
Ya sobre el cierre, la brillante voz de Esteban Riera ponía el broche de oro a esta edición del Festival del Tango.
Una vez más, como desde hace 32 años, el ritmo del dos por cuatro resonó en el Valle de Punilla. Las luces se apagaban y los sonidos se dejaban de escuchar. Un sueño de doce meses nos separan de un nuevo despertar para vivir otras veladas inolvidables que seguramente nos traerá el 2016. ¡¡¡Hasta el año que viene, TANGO!!!...