Pedro Aznar

Mariana Cayón

Soledad Pastorutti

Desde distintos puntos del país y acompañados por una hermosa noche estrellada, llegaba el numeroso público a la Plaza Próspero Molina, con la expectativa del inicio de esta nueva edición del Festival Nacional del Folclore.

El Atahualpa Yupanqui, recibía a la Orquesta Sinfónica del Festival, bajo la dirección del Maestro Guillermo Becerra, quien comenzó su presentación con las estrofas del Himno Nacional Argentino, sumándose las voces de Dario Di Tomaso, María Luz y de toda la platea. Con la imagen del Cura Brochero, el Padre Roberto Álvarez haciendo alusión a “muchos barros” de la historia argentina y recordando la Carta del Papa Francisco, invitaba a reencontrarse, recalcando que sólo el amor permite el milagro de la transformación del barro. La Hermana Inés y Rubén trajeron una canción. El sacerdote pidió además que los presentes se tomen de las manos, para rezar juntos el Padre Nuestro.
Para concluir, el Rabino Marcelo Polakoff (miembro del Comipaz) leyó unas palabras para impartir la bendición, la cual fue aplaudida calurosamente.
Se escuchó entonces la voz de Mariana Carrizo, que con sentidos versos comenzaba a anunciar el Himno a Cosquin, interpretado en esta edición por la Orquesta, las inconfundibles voces de Guitarreros (vestidos de gala para la ocasión) con el colorido de la danza del Ballet Camin, que arrancaron el aplauso sostenido de la plaza.

El cielo brilló con los fuegos artificiales, deslumbrando a los presentes, que daban paso al tradicional grito “Aquí Cosquin”, que a partir de ahora será pronunciado en cuatro idiomas: castellano, mapuche, quichua y guaraní.
La Orquesta, fue recibiendo a distintos artistas: la coplera Mariana Carrizo, que con su caja intrerpretó “Doña Ubenza”, llevándose el reconocimiento de los presentes; Liliana Rodriguez con “Zamba para olvidar”, el pianista Gerardo Di Giusto con la milonga “La cambiada” y Matías Di Giusto, con guitarra eléctrica, que presentó un versión de la chacarera “La vieja”.

Y pensar en Córdoba, es referirse al típico humor, que en esta noche sumó Julio Vaca Chicharrón.

Muy esperada por el público, se hizo presente Soledad Pastorutti, quien presentó un muy buen espectáculo, en el que fue acompañada por Gustavo Corbalán (ganador de “La Voz Argentina”) Pablo Cordero, su hermana Natalia, el artista plástico Augusto Galo y el Ballet “El Chúcaro”.
La Sole comenzó interpretando “Dame una sonrisa” (grabado con Carlos Vives) y fue cantando distintos temas (algunos de su nuevo trabajo “ Vivir es hoy”) y otros más conocidos como “Paloma Blanca”, “De Simoca”, “Tren del cielo” y “El Humahuaqueño”, entre otros, logrando que la platea cantara, palmeara, bailara y siguiera consagrándola como hace diecinueve años. Con su sencillez y calidez, renovó el vínculo con el público que sigue acompañándola en su exitosa carrera.

El chamamé llegó a la plaza con los correntinos “Los de Imaguaré”. También estuvieron presentes desde lejanas tierras japonesas, la Delegación internacional “Parkama” y luego el formoseño Lázaro Caballero, consagración 2014.

Pero aún había mucho más. Llegaba a Cosquin Pedro Aznar, compositor, cantautor, director orquestal, arreglador, escritor e intérprete de larga trayectoria, que trajo versiones de temas como “Zamba del carnaval”, “Deja la vida volar” (de Víctor Jara), “Si llega a ser tucumana” (mientras en la pantalla se mostraban fotos de distintas épocas de la queridísima Mercedes Sosa), “La Pomeña”, “El seclateño” entre otros.

Siempre es un gusto escuchar a Mariana Cayón, que en esta presentación comenzó con “Juana Azurduy” acompañada por el Ballet Gualicho y “Los Hijos del Viento” (integrado por tres jóvenes aerofonistas). Esta talentosa artista hizo participar a la plaza con ritmos de tinkus, guaracha santiagueña y carnavalitos, los cuales fueron aplaudidos sostenidamente.
En Conferencia de Prensa, la artista presentó su nuevo disco “La Quena se viste de Tango” en el que una vez más incursiona en ese género.
Más tarde, el grupo cordobés Cinco Sentidos compartió temas de su último disco “Cuarto Creciente”.

Ya en la recta final de la primera luna, La Callejera, conjunto formado por Ariel “chaco” Andrada en guitarra y voz, Marcelo Herrera en bajo y coros, Guillermo Herrera en batería y percusión, Gustavo Fraire en bandoneón, Carlos Héctor Lallana en flauta traversa y coros, Guillermo Vignolo en guitarras y coros, José Luis Pérez en piano, Virginia Magarzo y Diego Leguizamón en violín, que trajeron temas tradicionales como “Yo vendo unos ojos negros”, “El Rancho e la Cambicha”, “El corralero” (parte de su nuevo disco “Vivencias”) coreados por los presentes, a los que se agregaron tinkus y carnavalitos, que movilizaron a todos los bailarines de la platea, quienes armaron un tren que recorrió la Próspero Molina.

En la Plaza se apagaban luces y equipos, pero la noche aún tenía vida en los alrededores y peñas. Cosquín es una fiesta y por ocho noches más viviremos la magia de la música. Esa música que nace en la tierra y termina en el corazón.

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