Opus Cuatro
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Mariana Cayón
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Pancho Figueroa y Polo Román (Ex Chalchaleros)
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Mariana Cayón
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Polo Román (Ex Chalchaleros)
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La sexta luna arrancaba con unas coplas que precedían al Himno a Cosquín. El final, esta vez, consistió de una hermosa zamba, tras lo cual se escuchó el tradicional grito y arenga.
Durante el primer número, a cargo de Los Guaraníes, se pudo ver entre chacareras un homenaje a Jesús el Nazareno, y el famoso “Nada como ir juntos a la par”, en la voz de su invitado Miguel Ángel Martín.
Subían al Atahualpa Yupanqui Pocho Figueroa y Polo Román, emblemáticas figuras que otrora integraron el legendario conjunto "Los Chalchaleros". Pocho y Polo unieron sus voces nuevamente para brindar "Se va la segunda", un espectáculo en el cual desfilaron una serie de zambas populares, destacándose “Zamba de mi esperanza”, “Lunita Tucumana” y “Jamás”.
La dupla Viceti-Colombo nos regalaba una hermosísima coreografía romántica, demostrando su talento como mejor pareja de baile estilizado del Pre-Cosquín. A continuación, se presentaba Opus Cuatro, secundado por el charango de Goldman, y un coro conformado por agrupaciones de Córdoba y Villa María, para ejecutar la Misa Criolla de Ariel Ramirez, en el 50° aniversario de la composición.
Daniel Biglietti, uruguayo, repasaba un repertorio de las dos orillas, y recordó al poeta Juan Gelman, recientemente fallecido. Mairana Cayón volvía a maravillar con su quena, despidiéndose con un conjunto de joropos continuados. El Negro Palma, encarnando Bolivia y Argentina en una sola persona, le dedicaba una cueca al Pilcomayo, seguido por Los Caldenes que presentaron trabajos de su último disco.
Seguía la Delegación de Salta, que estrenaba un homenaje a Eduardo Falú y Los Cantores del Alba. En una magistral demostración de música y danza, “la linda” enamoró con sus gauchos y mariachis.
Tuvieron su espacio el ganador de Pre-Cosquín como solista vocal masculino, Sergio Facundo Quiroga, y Eliz Policicchio con sus “Ojos de cielo”.
El Ballet Folklórico Nacional presentó “Amanecer Salteño”, un cuadro de excepcional coreografía dedicado al Chúcaro y Norma Viola, maestros de maestros en las artes de la danza.
Juan Carlos Cambas, argentino radicado en Cádiz, traía su espectáculo “Ser Argentino”, un recorrido por la identidad folklórica de nuestro país, con arreglos de “Alfonsina y el Mar” y “Mujer Chaqueña” del gran Luis Landriscina.
Desde Tucumán llegaba la chacarera de la mano de Los Cabrera, y más tarde Motta Luna presentaba al mítico Juan Saaverdra, el Bailarín de los Montes. La delegación de Chile trajo a Karukinkanto (“Canto de la Patagonia”), que reconcilió la frontera a través de “Porque ha salido el sol”, con letra de Pablo Neruda y música de Víctor Heredia.
Paola Arias, salteña, entonaba “La mentirosa”; Dalmiro Cuellar, desde el Chaco Boliviano, hacía lo suyo con “Azúcar, azuquita”, y por último el zurdo Héctor Smuth preludiaba al artista más esperado de la noche.
La Próspero Molina recibía así al Chaqueño Palavecino, con toda la energía que lo caracteriza. El público se llevó una hermosa sorpresa cuando ingresó Roberto Cambaré, autor de “Angélica”. Sus 88 años no le impidieron recitar y cantar de pie, provocando la ovación de toda la plaza. “Encarnando el futuro”, en palabras del chaqueño, un joven de 16 años presentado como “Manu” entonó con gran emotividad la hermosísima canción “Carpintería José”. Una sección de carnavalitos puntuaba la presentación del querido artista, que animaba al público a seguir disfrutando del resto del espectáculo de Cosquín.
Con una docena de números por delante, el festival contaba esa noche con gran presencia salteña, prometiendo una velada llena de folklore que se extendería hasta despuntar el alba.
LO MEJOR DE LA NOCHE
Por la impronta de sus maestros, la calidad de sus danzas y la originalidad de sus presentaciones, el Ballet Folklórico Nacional se destacó con su espectáculo salteño. Un desfile de lanzas, zarandeos y un vistoso malambo se llevaron la admiración y respeto de toda la Próspero Molina.
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