Con una plaza colmada en su totalidad y con la lectura del poema “La vida dos veces”, dio comienzo una nueva noche en Cosquín.
Luego del tradicional grito “Aquí Cosquín”, el genial violinista Néstor Garnica dio muestras de su talento artístico. “Chacarera del violín” y “El gato de la Negra” formaron parte de su repertorio, como así también obras de su último trabajo “Violinero del Tiempo”. Néstor fue consagración en este mismo festival en 2004 y hoy ratificó el por qué: la plaza lo aplaudió de pie e hizo que el telón se volviera a abrir para que Garnica ofreciera un bis.
La poesía inundó el escenario de la Próspero Molina con Rafael Amor, quien interpretó temas como "Con la libertad", "No me llames extranjero", “Corazón libre” coreado por el público, para concluír su actuación con "Olor a goma quemada". También se hizo presente Verónica del Villar (ganadora del Pre Cosquin 2009 como solista vocal femenino), recibiendo por parte de la Comisión, una plaqueta por su participación.
Mariana Cayón, la talentosa de la quena deslumbró con “Juana Azurduy” y otros temas de su disco "Armando fiesta". Mostró además, el carnaval norteño con el Ballet Municipal de San Basilio y de Coronel Moldes. Se despidió con una magnífica versión de “Tren expreso”.
A esta artista siguieron Lázaro Caballero Moreno (joven valor de Formosa) y el grupo de danza “Herencia”, de Japón.
Promediando la noche, hizo su aparición en el escenario el esperado Chaqueño Palavecino. En un acotado espectáculo (estuvo solo una hora y cuarto) brindó una maratón de temas, los cuales fueron cantados y bailados por el público que desbordó la Próspero Molina. El artista se retiró, dejando con ganas de más a la platea.
Entonces subió al escenario Roxana Carabajal, con un homenaje al “Gauchito Gil”. Roxana bailó y cantó junto con el Ballet Nehuén su nuevo tema “Melodía del Monte”.
Más tarde hizo su aparición “Urbana Trío” (Dúo vocal ganador del Pre Cosquín) y luego los aires del litoral, llegaron con la misionera María Ofelia. La cantante trajo temas de su nuevo trabajo “Abrazarte”.
Y en el cierre de la noche, Peteco Carabajal inundó el Valle con su talento y carisma. Paseándose por temas consagrados y de su último trabajo, el reconocido artista entusiasmó a los presentes quienes cantaron y bailaron al ritmo de la chacarera. Peteco invitó a su hermana Graciela y a Laura Ros. “En ellas están representados muchos jóvenes que quisieran estar acá, pero no puedo invitarlos a todos”, dijo. Con la humildad de un grande se brindó al público, que permaneció en su lugar hasta bien entrada la madrugada: nadie (ni Peteco) quería que la fiesta se terminara. Pero tiempos son tiempos y la noche llegaba a su fin. Con las chacareras de su padre Carlos “Entre a mi pago sin golpear” y “El puente Carretero”, y una impecable versión de “Las Manos de mi Madre” la sexta luna se extinguía, a la espera de una nueva velada en el Festival del Folklore de Cosquín.