El calor arreciaba en la tarde coscoína, presagio de una velada cargada de sorpresas y emociones.
En la apertura de la segunda noche se escuchó el poema “Sentido Estoy” de Atahualpa Yupanqui, y luego del tradicional grito comenzó la fiesta con Abel Pintos, consagración 2008, quien en toda su actuación fue acompañado por un joven público que coreó y bailó entusiasmado con sus temas, tales como: “Todo está en vos”, “Huracán”, “Crónica”, “Bailando con tu Sombra”, “Bella Flor”, entre otros. Compartió el escenario con dos músicos rockeros: Fabricio Rodríguez (de Mr. Mojo) y Andrés Jiménez (D-Mente) con quienes interpretó una exquisita versión de “Zamba del Carnaval”.
Y con la presentación de Marcelo Simón, hicieron su aparición en escena el Grupo Coral Argentino, quienes con su particular estilo cantaron “Las Brujas”, culminando su actuación con el “Gloria”, parte de la Misa Criolla que en breve estarán grabando en Roma, Italia.
Y el dicho popular dice: “nunca es tarde cuando la dicha es buena”. Y esto se pudo ver reflejado con la participación del Ballet Juventud Prolongada, compuesto por algunos Adultos Mayores jujeños, que deleitaron a la platea con sus danzas típicas, mostrando el encomiable trabajo de los mineros.
Los directores de este grupo, ganadores del Pre Cosquín 2009, recibieron una plaqueta por parte de la Comisión, en reconocimiento por su galardón.
A ellos siguió Marcela Ceballos (sobrina del Chaqueño Palavecino), quien intrerpretó temas de su último disco “Sueños”. Los Catamarqueños entonces siguieron con la fiesta, con “Paisaje de Catamarca” y “Hasta Siempre”.
Un momento especial se vivió con la actuación de Leonardo Miranda. Este esquelino pisaba por primera vez el escenario Atahualpa Yupanqui y seguramente habrá marcado un hito en la historia del Festival. El artirsta hizo delirar al público con los temas “La Candelaria” y “Sabor a nuestra tierra”, donde demostró sus dotes de bailarin y payador. Con los versos “Ya me voy, ya me voy/pero estarán aplaudiendo y escuchando/siempre estarán llegando cantores que no están/pero que más luego vendrán cantores y payadores/bailarines, locutores para cumplir con su fin/que mientras viva Cosquín no ha de morir el folklore” el sureño terminó de conquistar al público que, de pie y a viva voz obligó a que se diera vuelta el plato del escenario. Miranda entonces entregó “Grito Argentino”.
Luego de este momento y después de la actuación de Las Fulanas Trío, subió al escenario Raly Barrionuevo, quien con su canto combativo fue acompañado por todos los presentes. Interpretó temas de su último disco, “Noticias de mi Alma”, tales como “Chacarera de la espada”, “La gente del campo” y otros como “Oye Marcos”, “Guitarra de Sal” y “Mensaje de Sal”. Compartió el escenario con el grupo jujeño Inty Huayra, con Eduardo Ramírez (el príncipe del bandoneón) y con un grupo de jovenes de Frías, en un homenaje a su tierra. Su presentación concluyó con “Hasta Siempre”, sentido recuerdo al Che Guevara, coreada por todo el público.
Japón se hizo presente en la plaza con el Ballet Ryukykoku Masturi Daiko y más tarde, Miguel Bilinski.
Luego del Ballet Martín Fierro, y después de seis años de ausencia, el Chango Spasiuk se adueñó de la noche coscoína trayendo la música del litoral al Valle de Punilla. El chamamé, la polka y la chamarrita arrancaron vívidos “sapukay” de la platea enfervorizada.
La noche siguió con las Voces de Montiel, Lorena Astudillo y Alma Luna.
Como cierre de la velada, Los Tekis acercaron literalmente el carnaval jujeño a la Próspero Molina, con variados carnavalitos. Al compás de “Diablero”, la fiesta fue total con papel picado, harina y espuma incluídos. El ballet se paseó por toda la plaza, mezclándose con la gente que desbordaba de alegría. Rondas y bailes se vivieron en una noche que parecía no terminar, linda culminación de la segunda luna en las sierras de Córdoba.