El público comenzo a poblar la Plaza en la seguna noche coscoína. El maestro de ceremonias comenzaba con su arenga, seguido por el infaltable "Aquí Cosquín!...", con los acordes del Himno a la ciudad serrana y con la coreografía del Ballet Camin y de la Costa.

Fue entonces el momento de recibir al riojano Sergio Galleguillo y sus amigos, que comenzaron la fiesta con "Que linda es La Rioja", siguiendo con una selección de chayas, las cuales fueron coreadas y bailadas por el público presente. Hubo un momento también para compartir el escenario con Franco Barrionuevo, con quien interpretó "Fabulas de Amor" y la Próspero Molina de este modo pudo palpitar el carnaval riojano. Cabe destacar la actitud del artista, que bajando del escenario mayor, recorrió la platea saludando efusivamente a los presentes mientras continuaba cantando.

Luego siguió el Ballet Ganador del Pre Cosquín 2008 (Sede Junín, Mendoza) de la Escuela de Arte de San Luis, quienes recibieron de parte de la Comisión una plaqueta recordatoria. La noche riojana continuó con la presencia de Daniel Argañaraz, quien cantó temas como "Chepes" y "Vientos Riojanos" entre otros. Más tarde se presentó el reconocido Grupo Vocal Argentino, con canciones tales como "La Pobrecita", "A pura ushuta", "Milonga del peón de Campo" y " El Pintao", para dar paso a las Warmis Cantoras, quienes iniciaron su espectáculo con "Vidala de Carnaval". Y celebrando sus diez años de consagración, se pudo escuchar en la voz de Abel Pintos "Bella flor", "Para cantar he nacido", entre otros éxitos. En un clima muy especial, interpretó a capella "Reflejo Real". Los presentes lo acompañaron coreando "Ojos de cielo", terminando así la actuación de este jóven valor.
Fue entonces el turno del inigualable Argentino Luna, quien con sus canciones con profundo y sentido verso, deleitó a la Plaza que requería otras intepretaciones.

A él siguió la numerosa Delegación Provincial de La Rioja, con un homenaje a Chito Zeballos. Y dando continuidad al espectáculo, Los Maytas. Con el inconfundible sello santiagueño, el Atahualpa Yupanqui, recibió al Dúo Coplanacu (Roberto Cantos y Julio Paz) quienes con cada tema ("Desmonte", "Si yo fuera Rio", "Zamba Alegre" y "El Misca" ente otros) hicieron cantar y bailar a los presentes. Pasaron también por el escenario Mínimo Garay y los Tambores del Sur, Emerger y el trío Aymama. El tradicional malambo llegó de la mano de Grito Nativo, conjunto ganador del Pre Cosquín 2008 de la Sede Ituzaingo, Provincia de Buenos Aires, seguido por la pareja de baile chaqueña Ávalos - Soto del Vay. Ambos recibieron la plaqueta y el correspondiente diploma certificando su participación. Con el dúo Orozco - Barrientos, que iniciaron su presentación con "Celador de Sueños" se dio continuidad a la noche. El humor y la picardia llegaron en la persona de la coplera Mariana Carrizo, que arrancó carcajadas y la complicidad del público presente, con quienes compartió parte de su nuevo trabajo "Coplas de Sangre" e interpretó "Vidala para mi sombra". Invitó además a corear "no hay quien quiera a esa vieja fiera!...", una de sus coplas dedicadas a las suegras. En medio de los aplausos y acompañada por Miguel Ángel Gutiérrez, se despedia de esta edición del festival.

La Plaza entonces empezó a vibrar en horas de la madrugada, cuando hizo su aparición León Gieco, quien a pesar de estar afectado por un problema de salud, brindó un show memorable, entregando lo mejor de sí a su público, que recibia cada tema con aplausos, ovaciones y participaba cantando. En este año, comenzó haciendo un homenaje a figuras señeras, acompañado por jóvenes artistas (Abel Pintos, la uruguaya Ana Prada, la coscoína Paola Bernal) entregando así su tributo a Maria Elena Walsh (La Cigarra), Leda Valladares (Canto en la Rama), Gustavo "Cuchi" Leguizamón (Maturana), Alfredo Zitarrosa (Zamba por vos) y Atahualpa Yupanqui (La Guitarra) entre otros. Siguió luego con otras interpretaciones, comprometidas con la realidad social argentina. El público de pie siguió requiriéndolo, así que se pudo disfrutar de varios temas más y hasta el lujo de escucharlo a capella.

Para los que tuvimos la oportunidad de estar en Cosquín, fue un placer el haber podido disfrutar de este recital, escuchando a un artísta destacado que sigue teniendo la sencillez y humildad, que sólo poseen los grandes.